A un año de la indigna aprobación y promulgación de la Ley Televisa por parte del Congreso de la Unión y del Ex Presidente Vicente Fox, se analizarán sus repercusiones en los aspectos político, social, económico y jurídico que ha tenido para la sociedad mexicana, y lo que puede venir en un futuro muy cercano, sobre todo a la luz del anuncio hecho por la Cofetel de que abrirá un proceso de concesionamiento en el país.
El martes 17 se realizará la primera mesa: “El impacto económico y jurídico de la Ley Televisa”, en la cual participarán Fernando Buttler, Presidente Nacional del Colegio de Economistas; Lorenzo Córdova, Investigador del IIJ.UNAM; Clara Luz Alvarez, ex comisionada jurídica de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Alejandro Madrazo, abogado de la acción de inconstitucionalidad en contra de la Ley Federal de Radio y Televisión.
En la segunda Mesa, “Impacto Social y Político de la Ley Televisa”, participarán, Javier Corral Jurado, Presidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, asi como otros connotados especialistas como Miguel Angel Granados Chapa, Denisse Dresser, Fátima Fernández Christileb. y se realizará el miércoles 18 de abril. Esta sesión será coordinada por Carlos Padilla Ríos, director de la Revista “Zócalo”, especializada en temas de comunicación y miembro del Consejo Consultivo de Amedi.
Las dos mesas de discusión iniciarán a las 11:00 horas en la Sala Isabel y Ricardo Pozas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM.
El evento será transmitido por Webcast a todo el mundo, a través de la Dirección General de Servicios de Cómputo Academico de la UNAM, en su canal universitario de Internet, y tendrá interactividad por videoconferencia con otras universidades del país, para que tanto la comunidad universitaria como el público en general pueda presenciar este importante foro desde sus computadoras haciendo una liga
El evento se realizará gracias al apoyo de la Maestra María Lourdes Durán, coordinadora de Comunicación Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, y al Centro de Estudios de la Comunicación de esa Facultad.
Como se recordará, la Ley Televisa generó un intento debate en la Cámara de Senadores en la cual 47 senadores, encabezados por Javier Corral, interpusieron una demanda de inconstitucionalidad ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación, de la que se espera una respuesta precisamente por estas fechas.
7 comentarios:
Emilio Azcárraga
Por Álvaro Cueva
Emilio Azcárraga Milmo
acueva@milenio.com
Hoy se cumplen diez años de la muerte de uno de los personajes más importantes, fascinantes y polémicos de la historia de la televisión mexicana: Emilio Azcárraga Milmo.
Y aunque seguramente Televisa lo va a recordar durante todo este día con un montón de reportajes, mesas de análisis y programas especiales, yo no me quisiera quedar sin escribir de él.
¿Por qué? Porque aunque don Emilio no era un hombre perfecto, sus aportaciones fueron fundamentales para darle sentido a la televisión nacional y porque, por increíble que parezca, todavía hay decenas de personas que lo extrañan con genuina nostalgia.
Emilio Azcárraga Milmo (1930-1997), hijo de Emilio Azcárraga Vidaurreta, padre de Emilio Azcárraga Jean, llegó a ser el empresario mexicano más rico de su época.
Gracias a él, México tiene un Estadio Azteca, nuestro país fue sede de los mundiales de futbol de 1970 y 1986, la cultura nacional estuvo presente en diferentes rincones del mundo a través de exposiciones monumentales, los mexicanos le sacamos provecho a las comunicaciones vía satélite y nos sentimos potencia televisiva.
Gracias a don Emilio, los gobiernos del PRI hicieron lo que quisieron, los mexicanos nos dejamos de enterar de muchas cosas que sucedieron en nuestro país, la televisión mexicana se tardó décadas en conocer la verdadera competencia y los anunciantes, las estrellas y el público de la pantalla padecimos una buena cantidad de abusos.
Sobre este señor, apodado ‘El Tigre’, hay las más intensas, bellas y violentas leyendas, pero su máxima aportación histórica es la creación de Televisa.
¿Qué había antes de Televisa en la televisión nacional? Un conglomerado de canales privados que operaban bajo el sello Telesistema Mexicano, una televisora de Grupo Monterrey llamada Televisión Independiente de México (TIM, canal 8) y una recién nacida televisión estatal representada por el viejo y pequeño Canal 13.
Emilio Azcárraga Milmo juntó a Telesistema Mexicano con TIM en diciembre de 1972, al resultado de esa fusión se le puso el nombre de Televisa (Televisión Vía Satélite) y de ahí surgió un monopolio que educó emocional e intelectualmente a millones de mexicanos hasta 1993.
Lo menciono así, en términos de educación, porque es impresionante como hoy, que muchos de los niños y jóvenes de aquellos años crecieron y tomaron las riendas de la nación, las producciones de la primera Televisa son evocadas como si se tratara de obras maestras de una irrepetible época de oro.
Emilio Azcárraga Milmo hizo que Televisa se nos metiera en la sangre a varias generaciones de hombres y mujeres a través de títulos como 24 horas, Siempre en domingo, El Chavo del Ocho, Hoy mismo, En familia con Chabelo, Los polivoces y El Chapulín Colorado.
Pero de todo lo que don Emilio hizo en materia de televisión nada se compara en impacto económico y cultural a las telenovelas marca Televisa como Los ricos también lloran, Viviana, Rina, Mundo de juguete, Muchacha italiana viene a casarse, Ana del aire, Ha llegado una intrusa y Ven conmigo.
El señor Azcárraga hizo de la televisión mexicana un fenómeno internacional, creó una constelación de luminarias que todavía son admiradas por el pueblo como Lucía Méndez, Verónica Castro, Christian Bach, Rogelio Guerra y Humberto Zurita, y le dio un admirable aire de orgullo, dignidad y clase a nuestra gran pantalla chica.
Durante la administración de ‘El Tigre’, las estrellas eran súper estrellas, los programas eran grandes programas, las telenovelas eran fenómenos sociales y existía una preocupación por hacer producciones cada vez más espectaculares sin dejar de respetar las tradiciones, los valores y el lenguaje de las familias mexicanas.
No eran títulos intachables pero comparados con los que se hacen ahora, con lo que pasa con las telenovelas, con lo que sucede con los programas y con la crisis de estrellas que se vive en Televisa, definitivamente hay algo que se perdió con la muerte de don Emilio. ¿Qué?
Diez años son un buen pretexto para reflexionar, para apreciar, para ser críticos y corregir pero sobretodo para darle su lugar a las cosas. Emilio Azcárraga Milmo cambió la historia de la televisión mexicana y hoy es su día. ¿A poco no?
Pobres resultados en proceso de apertura en telecomunicaciones
Por José de Jesús Guadarrama H.
Lunes, 16 de abril de 2007
Débil marco jurídico y alta concentración, obstáculos: Ruiz Vega.
Importantes rezagos en banda ancha.
Apertura arroja "buenas intenciones": Villalvazo.
Eduardo Ruiz Vega.
(Foto: Notimex)
En el mercado mexicano de telecomunicaciones persisten altos niveles de concentración; ya hay nuevos retos sin haber superado agendas pendientes: los servicios de banda ancha presentan fuertes rezagos y las tarifas son hasta diez veces más caras que en Europa.
Lo anterior, entre otros aspectos, sólo refleja buenas intenciones y pobres resultados de la visión del modelo de apertura diseñado hace 17 años, según se expuso durante la 13 Conferencia Anual de Comisionados de la Comisión Global para la Infraestructura de la Información (GIIC, por sus siglas en inglés).
Eduardo Ruiz Vega, comisionado de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), dijo que a lo largo de una década dos obstáculos importantes se han presentado en el proceso de competencia: el débil marco jurídico con el que fue creada la Cofetel, y la alta concentración que persiste en diferentes segmentos del mercado.
José Manuel Villalvazo, comisionado de la Comisión Global para la Infraestructura de la Información (GIIC, por sus siglas en inglés) y presidente de la firma Tecelmex, dijo que la visión y la configuración del modelo de apertura iniciado en 1989 ha arrojado "buenas intenciones y pobres resultados", lo que se reflejó de manera especial entre 2002 y 2006.
Ambos expertos participaron en la conferencia de la GIIC celebrada en Londres, Inglaterra.
Sin embargo, México ya enfrenta nuevos retos con agendas aún pendientes. Eduardo Ruiz Vega, comisionado de la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), dijo que la migración de servicios de telecomunicaciones y de entretenimiento de redes tradicionales a redes convergentes de nueva generación se hace de forma ordenada, pero implicará cuantiosas inversiones.
Ruiz reconoció que en algunos segmentos del mercado mexicano aún persiste una alta concentración y que hay rezagos considerables en la penetración de servicios de banda ancha.
Las conexiones de banda ancha en México, de dos megabips por segundo, son casi 50 por ciento más caras que en Europa; las de cuatro megabips por segundo son hasta diez veces más onerosas.
Villalvazo se refirió al proceso de liberación de las telecomunicaciones en México, el cual dividió en tres fases: la de visión y configuración del proceso entre 1989 y 1998; la de ejecución del plan entre 1999 y 2001, y una tercera de "buenas intenciones y pobres resultados" en el periodo de 2002 a 2006 (sexenio de Vicente Fox como presidente de México, y de Pedro Cerisola como secretario de Comunicaciones y Transportes).
Pese a que Teléfonos de México ha insistido en diversos foros en que es la única empresa que atiende a sectores no rentables del país, Villalvazo reiteró que esa telefónica, pese a la apertura, hoy detenta el 93.4 por ciento del mercado de líneas fijas y que, mediante Telcel, concentra el 76.9 por ciento de las líneas móviles del país.
Las estimaciones presentadas, con base en cálculos de la Cofetel, son de 19.8 millones de líneas fijas y de 56.6 millones de líneas celulares.
Pese a que las tarifas en diferentes sectores han bajado, el valor de mercado pasó de nueve mil 665.22 millones de dólares en 1991 a 24 mil 150.42 millones de dólares en 2006, según las cifras presentadas por el comisionado de la GIIC.
La pelea por la radio y la televisión públicas
columba vértiz
México, D.F., 16 de abril (apro).- Propuestas como las de que la televisión y la radio públicas deben ser autónomas y tener independencia editorial, y trabajar en su financiamiento, surgieron en el foro organizado a puerta cerrada por la UNESCO y el Canal Once.
Investigadores, directores y productores de televisión de América Latina y España se reunieron, el 12 y 13 de marzo pasado, en el encuentro Del régimen de autoridad al régimen de opinión y de participación: aportes para la redefinición de la televisión de servicio público en América Latina.
Alejandro Alfonso, consejero de Comunicación e Información de la UNESCO para América Latina, manifestó la necesidad de una nueva forma jurídica de concebir y conducir la autonomía de los medios de servicio público frente al poder político y económico del Estado y del mercado.
En tanto Ernesto Villanueva, coordinador del área de Derecho de la Información del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, afirmó que no están definidos jurídicamente los medios de radio y televisión de servicio público en México, ni por acuerdos, reglamentos o disposiciones normativas. Precisó:
“En México sólo hay dos figuras para los medios de comunicación: la concesión, que tiene al lucro como objetivo último, y el permiso, que tiene en el lucro la única casual de revocación. Es necesario que las leyes den garantías a los medios no comerciales para que mantengan un mínimo de supervivencia y operatividad.
“El hecho de que no puedan obtener ganancias no significa que no puedan cobrar o financiarse a través de la publicidad. En México existe la creencia de que el medio público debe ser permisionado”, añadió.
Y propuso reformar la Ley Federal de Radio y Televisión, creando un apartado sobre medios públicos o un reglamento que ponga en detalle el sentido de las empresas permisionarias y de los medios públicos. También expuso que éstos deben contar con un código deontológico y un ombudsman que defienda los derechos de la audiencia y concretar mecanismos de transparencia y rendición de cuentas.
La defensa, importante
Elizabeth Safar, profesora e investigadora del Instituto de Investigaciones de la Comunicación de Venezuela, explicó que en América Latina el sistema de radio y televisión tiene que ser mixto:
“Debe haber estaciones comunitarias, de servicio público y comerciales. ¿Por qué? Porque debe existir un contrapeso en la sociedad cuando el poder tiende a ser omnímodo, omnipresente, y a concentrarse en pocas manos. Mientras más medios de diversa naturaleza existan, mejor.
“La defensa del servicio público no gubernamental es importante porque nuestros pueblos nunca conocieron servicios públicos de radio y televisión no gubernamentales. Sólo conocieron un modelo entre la radio y la televisión privada comercial y la radio y la televisión gubernamental, y cada uno están al servicio de intereses específicos, del mercado y de las organizaciones políticas que están en el poder”, dijo.
“Los pueblos de América Latina necesitan autoridades independientes que garanticen la explotación de la radio y la televisión como servicios públicos no gubernamentales. Debe ser un espacio de lo público, donde converjan múltiples miradas, puntos de vista, sobre los asuntos públicos que conciernen a todos los miembros de una sociedad. Hay que seguir peleando la idea de ese espacio de lo público frente a las apetencias del poder que pueden provenir del mercado o de las organizaciones políticas y muchas veces de las alianzas entre mercado y política”, añadió.
Los ponentes manifestaron su preocupación de que los medios públicos son utilizados por las autoridades en turno y marginados en la parte jurídica.
Alejandro Serrano Caldera, director general del Instituto de Ética, Valores y Desarrollo de la Universidad Americana de Nicaragua y autor del libro Marcos constitucionales y el servicio público de radiotelevisión en América Latina, sugirió que la UNESCO promueva con los gobiernos la elaboración de una ley marco, “respetando las entidades y las particularidades de cada país”, que permita asentar una serie de principios comunes como lo fueron los de la declaración de los derechos humanos, pero esta vez relacionado con el tema de la televisión y la radio públicas.
También destacó que en su libro toca el tema de la autonomía e independencia en los medios públicos del Estado y del gobierno. “No son instrumentos de difusión ni de propaganda ni de las políticas del gobierno, ni de los partidos políticos que están en el gobierno, ni de la ideología de los partidos que están en el gobierno”.
--¿Los dueños de las televisoras comerciales dejarán que exista una ley marco?
--Hasta el momento me he preguntado sobre el qué, pero no sobre el cómo. Sobre el cómo, yo también tengo preguntas. Sin embargo, debe haber una articulación de una serie de factores. Primero, identificar los grupos interesados en la ciudadanía para que este tipo de servicio público en los medios de comunicación se establezca. Segundo, ver la relación que puede haber entre la acción ciudadana y los partidos representados en el parlamento. Y tercero, luchar por una ley marco o por lo menos por una normación legislativa más que por reglamento.
Por su parte, Alberto García Ferrer, secretario general de Televisión Educativa Iberoamericana, partió de que en cada país es diferente la situación de los medios públicos:
“Son diversas discusiones acerca de televisión de servicio público porque los avances y los atrasos son distintos en cada nación. Pero este debate (el foro) enriquece el proyecto de cooperación iberoamericana a través de la televisión. Creo que el tema de lo público está de nuevo en la agenda para ser discutido después de diez años. Incluso, está en rediscusión el tema de la empresa pública porque no todo es negro, ni blanco. Hay una cantidad de grises; hay cosas que funcionan bien y otras no. En la iniciativa privada existen cosas que funcionan bien y otras que no.
“La televisión de servicio público debe ser defendida como parcela en lo que significa el dominio del espacio radioeléctrico y a la generación de contenidos. Hay que generar contenidos que no van a promover las empresas privadas. Siempre se identifica lo aburrido con la televisión pública o educativa, y se debe cambiar eso; hay que echarle imaginación. Ahí está parte del desafío de la televisión pública, de saber dar respuesta creativa a nuevos formatos y a nuevas formas de vinculación con el público, sin descartar a nadie, y sin caer en lo que puede caer la televisión pública: la propaganda institucional.”
--En la parte jurídica no se toman en cuenta a estos medios. ¿Qué opina?
--Ahí hay que luchar, lograr la independencia editorial de la televisoras públicas, en distintos países se hace y basa en ese sentido. Un país que forma parte del sistema iberoamericano, como es España, acaba, después de muchos años, de tener una normativa: independiza totalmente del sistema gubernamental a la televisión pública, ya tiene que responder ante el parlamento, no al gobierno.
Durante el foro, José Angel Soto, coordinador del Televisión de la Universidad Iberoamericana de México, se refirió a la urgencia de establecer una alianza entre los medios de servicio público y las universidades para integrar capacidades y recursos.
Por su parte, Valerio Fuenzalida, maestro e investigador de la Pontificia Universidad Católica de Chile, expresó, en entrevista, que en América Latina hay conciencia de que la televisión pública está en crisis “porque nuestra herencia de televisión propagandística ya no resiste más. Los canales están pésimos, nadie cree en ellos. Están en muy malas condiciones; me refiero a la infraestructura”.
Entonces, dijo, “una de las vías es caminar en la transformación de un bien social. La gente necesita una información confiable, con todos los puntos de vista. Eso hace que la discusión social sea de mejor calidad y ayuda a la gobernabilidad, a elegir mejor a los representantes y ayuda al desarrollo”.
Mencionó que en América Latina existen muchos modelos y tamaños distintos, canales masivos, canales que cubren una sola ciudad, canales regionales, como en México. “Entonces, hay que revisar ciertas formulaciones dogmáticas, pero no copiar a la NHK de Japón o la PBS de Estados Unidos. Tenemos que construir modelos muy adecuados a nuestra realidad y posibilidades”.
Conveniencias
Por Luis Rubio
La crítica a "los monopolios" es hoy en día ubicua. Se ha convertido en el tema de moda. No importa el tema particular sobre el que se discuta, la culpa es de los monopolios, sin que jamás se aclare cuáles o cómo dañan al país. A los monopolios se les atribuyen todos los males, pero hay una peculiaridad en esa crítica: se trata de una manera muy mexicana de criticar, porque los culpables son siempre otros. Uno no tiene responsabilidad alguna ni es parte del problema: son los demás quienes deben ser penalizados para que yo viva mejor. Más al punto, los monopolios son siempre de otros: en México nadie es un monopolista. Ni el mayor de todos (en el ámbito privado) se asume como tal: yo sólo tengo 85% del mercado y eso no puede concebirse como monopólico.
Pero aunque parezca increíble, al dueño de Telmex le asiste la razón, si bien por razones muy distintas a las que él cree: en México hay muchos más monopolios y prácticas monopólicas de las que uno se imagina y, al menos en cierta forma, todos somos parte del problema. O, dicho de otra manera, el problema no es una empresa o un sindicato sino la estructura que lo hace posible.
Hace algunas semanas escribía en estas páginas que se usa la palabra monopolio para expresar fuerza o poder, pero no porque necesariamente se monopolice algo, sino porque se identifica al vocablo con la capacidad de imponer. A partir de ese artículo he recibido docenas de comentarios. Todos ellos reflejan la necesidad de definir la naturaleza del problema y, en muchos casos, el deseo de buscar soluciones; algunos relatan historias específicas, en tanto que otros expresan impotencia frente a los poderes fácticos que hacen difícil la vida cotidiana. Lo sorprendente fue encontrar que los problemas que enfrenta el país no se limitan al "ciudadano de a pie", sino que impactan por igual hasta los más poderosos en todos los ámbitos. Más interesante fue encontrarme con esa actitud muy mexicana que parece hacernos genéticamente incapaces de ver la viga en nuestro propio ojo: en vez de afirmar que rompí el vaso, tendemos a despersonalizar el evento: "el vaso se rompió". Nadie es responsable de nada.
Algunos esperables muchos comentarios son reveladores. El primer grupo incluía quejas por los abusos cotidianos, sobre todo los relativos a las actitudes despóticas de los oferentes de servicios, particularmente teléfonos, luz y celulares. Uno iba un paso más adelante: "yo pago religiosamente el recibo bimestral de la luz, pero el servicio no es bueno ni constante. Ayer se fue la luz varias horas y hablé para quejarme, la respuesta que recibí fue que no me cobrarían el tiempo en que no hubo servicio". Otro se quejó de la falta de gasolineras en las colonias de reciente creación. Nada de eso ocurriría de haber competencia.
El segundo grupo de correos ilustra la complejidad y extensión del problema que nos aqueja. Un grupo de investigadores en una de las principales instituciones académicas del país ha estado intentado encontrar una forma de intermediar entre productores y proveedores de materias primas con el objeto de ayudarlos a que puedan trabajar, pero se encuentran con que "desafortunadamente, la CFE no tiene interés en ninguna negociación y sólo impone su criterio".
Esa misma dificultad lo refleja otro correo, ahora del jefe de compras de una de las empresas más grandes del país: "los criterios de PEMEX y Hacienda en la determinación de los precios de los petroquímicos es obtusa y en ocasiones ridícula: por un lado dicen que tienen que poner precios internacionales para cada producto cuando no todos tienen referente internacional. En otros productos le cobran un precio distinto a cada cliente ¿pues no que era el precio internacional?" Uno se imagina que el único afectado por los avatares de nuestra pésima organización económica es el ciudadano que acaba pagando precios elevados por los servicios recibidos, pero resulta que el problema se reproduce en todos los niveles económicos.
Pero la parte más jugosa e interesante de los correos que recibí se refiere a las dificultades que enfrentan los empresarios ("Los aventurados empresarios y/o emprendedores mexicanos que se atreven a sortear la burocracia de nuestro sistema para establecer sus negocios, son verdaderos héroes. Como aquellos de las novelas de caballería sorteando toda clase de peligros…") o la población en general ("Barreras y más barreras... y de ello podría yo dar numerosos ejemplos... La cuestión es cómo cambiar lo que ya es parte de una cultura, que yo llamo "cultura de la desconfianza y de la improvisación" que nos lleva a generar leyes, reglas y miles de trabas a cualquier actividad y no preocuparnos de sus consecuencias, a corto y largo plazo… Si bien a nivel individual tenemos los Einsteins, los Mozarts o los Octavios Paz... a nivel social no somos mejores que un cultivo de bacterias... creceremos mientras el medio nos lo permita... Me imagino a unos dinosaurios discutiendo estas cuestiones cuando se acercaba el meteorito a las costas de Yucatán...").
Hasta aquí el tipo de comentarios que yo había esperado, aunque con el invaluable sabor de las vivencias personales. Pero lo que más me llamó la atención fueron dos correos que quizá reflejan lo difícil que resulta cambiar todo esto. Un lector se refiere a los "beneficios excesivos" que reciben los empleados del IMSS. Nada nuevo, pensé al leer el correo, hasta que leí la afiliación del firmante: es empleado del SME. De verdad se necesita vergüenza para que la olla critique al sartén.
Otro correo, de un académico estadounidense que trabaja temas de migración, se queja porque las encuestas de salud en México en materias de nutrición, enfermedades crónicas, adicciones y otras, no son públicas, a pesar de que las paga el gobierno. "Los investigadores parece que sólo quieren ponerse medallas en lugar de resolver los problemas" y continúa "en otros países, ese tipo de información es pública y está en Internet desde el primer día (y todos, incluyendo a los investigadores mexicanos, las pueden consultar)". Es decir, la propensión al monopolio no se limita a los oferentes obvios de servicios, sino que es una práctica cotidiana en la administración pública, las universidades y, en general, nuestra sociedad.
Vuelvo al principio: el problema de nuestra economía no se limita a unas cuantas empresas o proveedores, sino a nuestra forma de ser. La buena noticia es que hay muchas sociedades que tienen estructuras corporativistas y sin embargo funcionan mejor que la nuestra; la mala es que no sabemos qué queremos ni estamos dispuestos a discutirlo con seriedad.
Radio Educación: nueva cara, nuevos retos
Elvira García
Hace unos días, finalmente, la Secretaría de Educación Pública envió respuesta a mi solicitud de información -planteada a través del IFAI- acerca del costo de la obra de remodelación, remozamiento, construcción y digitalización emprendida en Radio Educación por su hoy ex directora Lidia Camacho.
El monto total exclusivamente de la obra pública y de la modernización tecnológica llevada a cabo de 2000 a 2006, en las instalaciones de la colonia Del Valle y en la planta transmisora localizada en Iztapalapa, fue de 5 millones 950 mil 883 pesos con 16 centavos. Lidia Camacho se propuso dejar unas instalaciones más dignas y mejor acondicionadas para trabajar; yo creo que lo logró casi en su totalidad, aunque hay quien dice que la obra emprendida no parece grande ni cambió del todo la cara de las instalaciones de Radio Educación. Para quien no las conocía, quizás esas obras puedan resultar poca cosa; sin embargo, para quienes sí fueron testigos del deterioro en que fueron cayendo todos los espacios físicos de esa radio desde 10 años atrás, pues sí fue notorio el cambio; un cambio no tan grande, razonado y sustancial como el que ahora ha ocurrido en Radio UNAM, ni tan espectacular pero inoperante como el del Imer en tiempos de Dolores Béistegui, pero sí considerable y alentador.
El problema de fondo en las radios culturales es que, siendo fundamental la tarea que han realizado, fueron dejadas en el abandono desde finales de los años 80. A partir de esa fecha llegaron directores que únicamente fueron a calentar el asiento mientras esperaban una promoción, un salto hacia otro encargo político.
Las emisoras públicas se volvieron el "peor es nada" para funcionarios que no encontraron acomodo en otros sitios. Refugiados en las radios públicas, se la fueron llevando con complacencias cotidianas y foros de discusión que sí aportaron algo al debate del sentido y el destino de las radios públicas, pero que incidieron poco en lo que ya era necesario y se volvió urgente: renovar instalaciones, equipos, pefiles y programación.
Así las cosas, tanto la calidad de la programación como las instalaciones de emisoras culturales fueron derrumbándose, lo hemos dicho aquí, al grado tal que llama la atención que una de las primeras obras que Lidia Camacho emprendiera apenas llegó, en 2000, fuese construir una barda perimetral en el terreno donde está la antena, en Iztapalapa; en el 2001 construyera ahí una bodega, y en 2003 un espacio para los técnicos.
En 2001, en las instalaciones de Ángel Urraza, edificó las bóvedas para resguardo de los acervos, acondicionó -que no construyó- una cabina de posproducción digital en el ático de la zona de estudios, construir el primer piso de un nuevo edifico, remodelar el recibidor y oficinas de la planta baja del edificio principal, y remozar -que no remodelar- los estudios A y B y de la principal cabina de transmisión, la José Vasconcelos. El atraso que vivía Radio Educación era tal que el sistema digital Pro-Tools -que desde mediados de los años 90 está en todas las radio comerciales y en parte de las estatales- se instaló sólo a partir del año 2001 y hasta 2006 en cabinas y estudios de esa emisora, tanto en AM como en onda corta.
Quienes trabajamos en radios culturales y también en emisoras comerciales nos damos cuenta con tristeza del atraso tecnológico, de capacitación de sus operadores y de contenidos que arrastran las estaciones que, de una u otra forma dependen del gobierno. Es relevante la tarea que emprendió Lidia Camacho, pese a que en el interior de Radio Educación -entre buena parte de los trabajadores- no exista esa opinión.
Pero otro paso grande que tendrá que dar esa radio es el de buscar un nuevo modelo de radiodifusión, algo verdaderamente complejo, a la luz de lo que hoy ofrecen todo el cuadrante, la radio por internet y los blogs. Esa función le toca a Virginia Bello, hoy titular de esa emisora cultural. Y, dentro de esa labor está echarle un ojo al nivel de audiencia de esa radio.
Según el INRA, en enero y febrero tuvo 0.041 y 0.044 de rating; la sintonizan jóvenes de 18 y 24 años; de ahí salta a adultos de 45 a 54. Así que, la señora Bello acumula mucha tarea en su cuaderno de pendientes.
*Periodista
viragarcia1952@aol.com
Marco Rascón
Reforma de medios
Parte esencial de la reforma política y electoral en México debió ser la reforma a la estructura de posesión, concesiones y equidad en el uso de los medios electrónicos. En el PRD sólo una minoría se preocupó por estos temas, sobre todo, por que fuera parte integral de la reforma política y electoral
Al paso del tiempo, los concesionarios, por conducto de la Cámara de la Industria de la Radio y la Televisión (CIRT), apretaron su carácter monopólico, que culminó en 2006 con la reforma que les facilitó aún más la concentración a las grandes empresas de la radio y la televisión. Como culminación de su atraso político en el tema, el PRD votó en favor de esta reforma como parte de una negociación y concesión de cúpula al sector que domina las telecomunicaciones. Al momento de votar la ley Televisa el candidato de la Coalición por el Bien de Todos era puntero y se daba como seguro ganador, por ello el voto unánime a la ley enviaba un mensaje de que sus intereses no serían afectados.
Sectores de comunicadores, trabajadores en los medios, promotores de radios comunitarias vienen promoviendo desde hace décadas un proceso de apertura y democratización del sector. Para quienes concentran las señales cada atisbo de reforma no controlada por ellos constituye una amenaza, ante la cual sueltan de inmediato campañas contra supuestas leyes mordaza, pues "su libertad" está por encima de cualquier libertad de los ciudadanos y, por tanto, cualquier intento que busque la apertura es considerado un atentado a la libertad de expresión del duopolio.
Durante el salinismo se privatizó parte de la propiedad del Estado en materia de medios, pero no se abrió, lo que dio como resultado una estructura protegida contra eventuales competencias nacionales y extranjeras, dejando las concesiones con un alto nivel de concentración. Ernesto Zedillo respeto y otorgó mayores concesiones, pese a que en la Cámara de Diputados se formó entre 1994 y 1997 una Comisión Especial de Medios para elaborar lo que sería una reforma de éstos.
En aquel entonces sólo un diputado de la fracción del PRD presentó una propuesta de concesiones que hablaba de un nuevo sujeto para solicitar concesiones, que no sería ni el Estado ni los empresarios, sino la sociedad bajo la figura de radios comunitarias. La propuesta se archivó y años después fue rescatada por el senador Javier Corral al presentar propuestas de legislación. La respuesta gubernamental del gobierno de Vicente Fox fue la derogación al impuesto de 12.5 en tiempos de transmisión que administraba la Secretaría de Gobernación. Corral reclamó a Fox en el Senado que eso era una traición a la apertura de los medios de comunicación. Al final del sexenio, tanto Javier Corral como Manuel Bartlett encabezaron la denuncia contra lo que fue la ley Televisa ante el silencio ominoso y la aprobación unánime del PRD en la Cámara de Diputados.
Junto a esto hay que resaltar que la "democracia" resultó sumamente benéfica a los concesionarios, pues del presupuesto aprobado para el año electoral en lo que sería organización de los comicios, promoción del voto, prerrogativas a los partidos, etcétera, más de 50 por ciento se destinó a pago de mensajes en radio y televisión.
En la estrategia de campaña, el PRD y la coalición apostaron a la estrategia de promocionales, terreno en el cual jamás ganarían en recursos a los candidatos del PAN y del PRI, pues en el momento de las definiciones aparecen los membretes empresariales con sus campañas, ¿no lo sabían? Queda además establecido que junto con el pago de mensajes va el derecho a ser encuestados. Los empates en encuestas sirven mediáticamente para convocar a un gasto mayor de candidatos y partidos a fin de ganar puntos que no dan ni los razonamientos ni las propuestas ni el debate político, sino el escándalo, el amarillismo y los comentarios de quienes "hacen opinión pública".
En 2006, el PRD jugó en el terreno contrario, adverso. A diferencia de 1988, cuando no hubo un solo mensaje pagado y la campaña se hizo a base de trabajo militante y papel, ahora, bajo el pretexto de "nuevas condiciones", se apostó a gastar millones de pesos, a una idea errática de pagar, no pagar, para finalmente pagar.
Ahogado el niño, el planteamiento de una reforma de medios debería estar presente otra vez, como parte integral de la estructura política, fiscal y económica que garantice la pluralidad política, religiosa, sexual y cultural.
Hasta ahora, los medios se "abren" cuando las opiniones diversas no significan ningún peligro; sin embargo, en las contiendas electorales estratégicas baten los tambores de guerra y de nuevo se alinean en defensa de una estructura que no corresponde al desarrollo de la sociedad mexicana. La tarea de la izquierda es, por ello, ir adelante con una visión transformadora y no "resistiendo" a lo que es golpe tras golpe de un sector que vive perfectamente relacionado con el poder.
marcorascon@alcubo.com
La competencia depende de la coordinación de SCT y Cofetel
José de Jesús Guadarrama H.
Miércoles, 18 de abril de 2007
Ayer, "respetuoso" encuentro de sus titulares.
Héctor Osuna defiende autonomía de la comisión.
Reta al secretario a comprobar su declaración.
El titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Luis Téllez, y el presidente de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Héctor Osuna, escenificaron en público un "respetuoso" e "institucional" enfrentamiento, en donde el primero pugnó por una política de mayor competencia y el segundo hizo una franca defensa de la autonomía del organismo.
En el foro Acciones para Fomentar la Competencia y el Desarrollo, organizado por la Cofetel, Téllez dijo que un entorno de mayor competencia dependerá del trabajo coordinado de este organismo con la SCT.
"Quiero aprovechar la oportunidad para reconocer la importancia que representa para un entorno más competitivo contar con una Cofetel fuerte, que dado nuestro marco jurídico, trabaje en forma coordinada con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes", afirmó Téllez.
Por su parte, y en entrevista, Osuna retó a Téllez a que compruebe sus declaraciones de que el órgano regulador está capturado por los regulados: "Alguien que diga algo de ese tamaño tendrá que probarlo, porque es muy grave. Pero creo que no hay elementos para probarlo", dijo.
Durante su intervención en el foro, frente a concesionarios y expertos en materia de telecomunicaciones, radio y televisión, Osuna defendió en varias ocasiones la autonomía de la Cofetel como conductora de sus acciones, y destacó que "en ese propósito nada nos habrá de distraer, nada nos detendrá", comentó.
Téllez llegó puntual al acto y en su intervención dijo que "la política de competencia debe ser el marco de referencia a partir del cual se deben diseñar los proyectos y programas que permitan a la población tener acceso a nuevos servicios con calidad y precios asequibles...".
Dijo que la política de telecomunicaciones deberá promover una mayor desregulación y generar los incentivos adecuados para permitir la creación de nuevas empresas, más inversiones, empleo y conectividad.
En materia de radio y televisión, Téllez aseguró que en más de una década no se han otorgado nuevas concesiones, pero que "existe la oportunidad de incrementar la cobertura de señales, así como la competencia en esta industria".
Héctor Osuna aseguró que "esta nueva Cofetel se ha impuesto como misión servir a los mexicanos por encima de intereses particulares".
Señaló que las acciones realizadas por el organismo son "el reflejo del trabajo de un órgano que delibera en libertad, sin ataduras ni compromisos".
Manifestó que los actuales comisionados defienden la autonomía de la Cofetel, porque la trascendencia de sus determinaciones no puede quedar en manos de un solo criterio.
Pero al ser consultado al término del foro, Osuna reconoció que la Cofetel no posee autonomía plena, ya que ésta se consigue mediante la Constitución, pero que con la que tiene es suficiente para desarrollar sus trabajos.
Publicar un comentario