sábado, 12 de enero de 2008

Aristegui y el fin de la radio

Por Gabriel Sosa Plata
Columna "Telecom y Medios", publicada en El Universal, Finanzas, 8 de enero de 2008
Cuando Howard Stern, el polémico y afamado locutor de la radio estadounidense, firmó en 2005 un contrato multimillonario con Sirius Satellite Radio para trabajar en el nuevo sistema de radio por satélite, diversos analistas de aquel país dijeron que el fin de la radio terrestre se acercaba ante la salida de personajes que habían contribuido a su éxito comercial y de audiencias. “Estoy cansado de la censura”, dijo el conductor al anunciar su paso de la radio convencional a la radio satelital. (Wired, marzo 2005)

La salida de Carmen Aristegui de Televisa Radio y meses antes el acoso gubernamental a José Gutiérrez Vivó, me hizo recordar el hecho anterior. Por supuesto Stern no tiene ningún parecido con Aristegui y las condiciones en que dejaron sus medios ambos personajes son distintas, pero algo delicado está sucediendo con la radio y en particular con sus espacios informativos. La libertad y la pluralidad alcanzadas en la radio mexicana en las últimas décadas se han mermado, en un contexto, además, poco favorable para el medio por la fuerte competencia de otras tecnologías, la disminución de sus ingresos por publicidad, la delicada situación de las emisoras de AM y la falta de claridad sobre su futuro digital.

Con la salida de la periodista, se afecta también la poca credibilidad lograda por Televisa en sus noticiarios -lo cual ya a nadie sorprende-, así como la creencia de que la inversión extranjera en los medios es positiva porque la sociedad mexicana gana espacios de libertad y pluralidad. La presencia del grupo español Prisa en México, que tan buenas expectativas generó, es ahora cuestionada fuertemente porque, en efecto, pesó más el poder del dinero que los intereses de sus audiencias. Fue así como se prefirió sacrificar a Carmen Aristegui para evitar más diferencias de carácter editorial y de contenidos con Televisa.

Internet: amplia discusión

El cierre de uno de los espacios más plurales en la radio, ha generado, como es comprensible, una enorme molestia. Decenas de cartas y correos electrónicos han sido enviados a diversos diarios de la capital para manifestar su rechazo por la salida de Carmen Aristegui. El foro organizado por El Universal On Line a propósito de este tema, recibió hasta ayer por la mañana más de 1380 comentarios, la mayoría en contra de la decisión de Televisa Radio, y la página había recibido a casi 21 mil visitantes, en poco más de cuatro días.

En Internet el caso Aristegui es discutido y analizado ampliamente. Decenas de blogs comentan el tema. En Yahoo Respuestas, donde se lanza una pregunta y los mismos usuarios la responden, tenía hasta ayer preguntas como las siguientes: “Carmen Aristegui ¿censura o simplemente cambio de planes?”, “¿Cuáles fueron los motivos reales de la salida Carmen Aristegui?”, “¿Les parece bien que hayan corrido a Carmen Aristegui por no manejar la misma línea editorial de Televisa?”, entre otras.

Wikipedia, la enciclopedia libre disponible en Internet en la que los cibernautas enriquecen sus contenidos, ya tenía incluida este fin de semana la información de la salida de Aristegui de W Radio, retomando algunas de sus declaraciones vertidas en su último noticiario del 4 de enero. También ya había un blog dedicado exclusivamente al tema (
http://censurahoyporhoy.blogspot.com) “para solidarizarse con Carmen Aristegui y para repudiar a los dueños y directivos de W Radio que clausuraron el programa Hoy por hoy”.

La intensa participación social en estos espacios obliga a la comunicadora a hacer públicas las observaciones, intentos de censura o políticas editoriales que la empresa le exigía para renovar el contrato. A su vez Televisa Radio y en especial Prisa deben aclarar, por el más elemental respeto a sus públicos, cuál es su proyecto radiofónico en México y su “modelo de organización y trabajo”, específicamente en el rubro informativo, que hoy parece estar en su nivel más bajo de aceptación y credibilidad.

Una oportunidad

El proyecto informativo encabezado por Carmen Aristegui puede desarrollarse en otro grupo radiofónico. Es necesario que por el bien de la radio misma sea retomado. La comunicadora se va en el mejor momento de su trabajo en este medio y con elevados ratings. Se encontraba a fines de 2007 en la lista de los tres conductores de noticias más escuchados de la radio. ¿Qué empresarios radiofónicos podrían abrirle los espacios? Muy pocos, dado que la mayoría actúan y piensan como los dueños de Televisa y Prisa: ¿Carlos Quiñones de Radio 13? ¿Joaquín Vargas de MVS Radio? ¿el mismo José Gutiérrez Vivó en Radio Monitor?

Como se destaca en el comunicado de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información (AMEDI) “la cancelación del noticiero de Carmen Aristegui ratifica la necesidad de que México cuente con una legislación moderna para la radiodifusión y las telecomunicaciones, que sea capaz de propiciar la pluralidad de contenidos, acotar la concentración mediática y garantizar el respeto a las audiencias”. De ahí la importancia de que el Congreso mexicano retome cuanto antes los trabajos para la reforma al marco legal de los medios.


Nuevas reglas de concentración
Y ya que hablamos de pluralidad, el pasado 18 de diciembre, la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) flexibilizó las normas que limitaban, desde 1975, la concentración de medios en ese país. Con tres votos a favor y dos en contra, el organismo aprobó, en contra de lo que establecía la legislación anterior, que una misma empresa posea a la vez un diario y emisora de televisión o radio en las veinte principales ciudades estadounidenses, siempre y cuando en ese lugar existan al menos ocho medios locales.
La decisión de la FCC ha generado un amplio rechazo de parte de diversas asociaciones profesionales, de pequeños medios y de las minorías en ese país. Amy Goodman, conductora del programa Democracy Now (emitido en 650 emisoras de radio y TV), escribió: “El sistema de medios de comunicación en Estados Unidos está demasiado concentrado y no sirve al interés público, sino a los intereses de los magnates como Rupert Murdoch y Sumner Redstone, que controla CBS/Viacom. Las corporaciones mediáticas que se beneficiarán con el regalo de Martin (presidente de la FCC) son las mismas que actuaron como cintas transportadoras de las mentiras del gobierno de Bush sobre las armas de destrucción masiva de Irak. Necesitamos medios que cuestionen al gobierno, que actúen como el cuarto poder, no en favor del poder”. Cualquier parecido con México es simple coincidencia.
La concentración, vista en Estados Unidos en este video:

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