domingo, 7 de diciembre de 2008

Apertura total sin reforma


El Universal, Finanzas, 2 de diciembre de 2008
Columna “Telecom y Medios”


Por Gabriel Sosa Plata

Francisco Gil Díaz debe estar muy contento. Esta semana podría aprobarse en la Cámara de Diputados el dictamen para abrir al 100% la inversión extranjera en telecomunicaciones, mientras el sector vive una de sus batallas más fuertes.

El intenso cabildeo del ex secretario de Hacienda y ahora presidente de Telefónica en México comienza a rendir frutos, luego de que el jueves pasado la Comisión de Economía votara a favor de la modificación de la Ley de Inversión Extranjera.

Pero a los diputados del PAN y del PRI que dieron su voto a la reforma se les pasó la mano. La idea era abrir el mercado de la telefonía fija, pero tal como está redactado el dictamen, la inversión extranjera al 100% puede darse en prácticamente todo el sector de las telecomunicaciones (tv por cable y por microondas, radiolocalización, etc.), con excepción de lo relativo a la comunicación satelital, donde se conservaría el límite del 49% de inversión foránea.

Si se aprueba la reforma, México sería uno de los pocos países donde se abre la puerta de par en par al capital extranjero en el sector. Ni siquiera naciones que son ejemplo de globalización han sido tan liberales. En la India hace poco se autorizó aumentar el porcentaje al 74%, pero Taiwán lo conserva en 49%. Canadá, socio comercial de México, sólo permite el 20%.

El dictamen, por si fuera poco, subestimó los temas de cobertura social y de reciprocidad a un confuso y ambiguo artículo transitorio.

Mucho se ha dicho que esta reforma va más allá de las pretensiones de regularizar o al menos de evitar especulaciones sobre el capital extranjero y nacional de Telefónica en México. Puede ser. Confiemos en que los expertos que han expresado un enorme optimismo por la apertura lo hacen convencidos de que sólo con dinero extranjero nuestro país podrá mejorar sus índices de competencia y abatir el rezago tecnológico.

Pero no debemos ser ingenuos. La liberalización no es la varita mágica que traerá más oferta, mejores precios y mejores servicios de telecomunicaciones a los usuarios. Organismos internacionales lo han advertido. No vayamos tan lejos. Apenas en septiembre, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, con sede en Ginebra y Nueva York, presentó un acucioso Informe sobre las Inversiones en el Mundo, dedicado en esta ocasión a las empresas transnacionales y al desafío de las infraestructuras.

El estudio revela, entre otros temas, el papel sobresaliente de la inversión extranjera en el sector de las telecomunicaciones, particularmente en la telefonía móvil. “Gracias a los nuevos modelos de actividad comercial introducidos por las empresas transnacionales, los servicios de telefonía móvil han podido llegar a los sectores de bajos ingresos”.

Sin embargo, precisa, en este como en otros casos “sin un marco institucional y normativo adecuado, aumentan los riesgos de que un país se vea perjudicado al abrirse la participación de las empresas transnacionales”. Por ello “lo ideal es que, antes de la apertura, se proceda a una reestructuración competitiva, al establecimiento de normas y a la creación de un organismo regulador independiente”. Hacerlo al revés, pone en desventaja el papel regulador del Estado y limita los resultados positivos.

La advertencia no sólo viene de fuera. En México, incluso uno de los más fervientes admiradores del libre mercado, que hoy es director de Inversión Extranjera de la Secretaría de Economía, Gregorio Canales, así se refirió a la apertura en la telefonía fija: “Sería benéfico para el país porque habría más competidores, pero esta apertura tendría que ir a la par de otras regulaciones y que la Cofetel sea más efectiva” (EL UNIVERSAL, 17 de julio de 2008).

Pero algunos diputados, siempre tan dispuestos a quedar bien con grupos de interés, van en sentido contrario. Primero invitan a los vecinos para que se queden a vivir en la casa, ya de por sí desorganizada y con infinidad de pleitos, y luego pensarán en las reglas más convenientes para convivir en armonía. ¿Cree usted que con una Cofetel como la que tenemos: sin dientes, sin independencia, incapaz de poner orden en casa, con decenas de litigios en su contra, podrá defender el interés nacional por encima de los intereses de empresas globales como Vodafone, France Télécom, Verizon, Liberty Global y más?

Ante un panorama así poco favor le hacen estos diputados al país. ¿Por qué no estos mismos “representantes populares” trabajan en serio en la postergada reforma integral de la legislación en telecomunicaciones y radiodifusión, en la que se considere la apertura que hoy defienden, pero bajo un marco jurídico consistente, que realmente promueva la competencia, la pluralidad y abata la brecha tecnológica?

La respuesta se la adelanto: porque no pueden ni quieren, ya que los intereses a los que me referí impiden que se avance en ese terreno. Por eso es que sólo están en condiciones de atender, bajo un supuesto interés general, asuntos gestionados por algunas empresas influyentes: refrendos, combos FM y, ahora, inversión extranjera. ¿Los secundarán los senadores?

GUTIÉRREZ VIVO Y TV UNAM

Que José Gutiérrez Vivó no se suma al proyecto informativo en MVS junto con Carmen Aristegui. Entrevistado por Jenaro Villamil, de Proceso, el reconocido periodista dijo que su respuesta “fue no” a una propuesta que le hizo Alejandro Vargas, ya que por su litigio contra Grupo Radio Centro no tiene tiempo de participar en ese proyecto. Lástima… Ernesto Velázquez, director general de TV UNAM, fue elegido la semana pasada presidente de la ahora denominada Asociación de las Televisiones Educativas y Culturales Iberoamericanas (antes llamada ATEI), cuya asamblea efectuada la semana pasada reunió a 151 instituciones de 21 naciones iberoamericanas, Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.


Para consultar el documento de la ONU haga click en la siguiente liga:

Informe 2008 Sobre Inversion Extranjera

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gabriel,

me da gusto haber leído este artículo tuyo. A reserva de platicar algunos puntos que necesitarían más espacio - la insuficiencia de la inversión nacional, que no tendría que llevar "de necessario" a la apertura radical a la inversión extranjera - estoy totalmente de acuerdo con tu visión acerca de la brutal deficiencia de nuestro poder legislativo, que queda particularmente exhibida en que la falta de conocimiento les hace aún más fácil evitar el enfrentamiento con un poder del que dependen totalmente.

Qué gravoso todo esto para nuestro país.

Alx