Reseña. Comunicado
El género radiofónico del radioarte nació en Europa y desde hace más de cuatro décadas se viene desarrollando.
En el caso de México es hasta 1996, con el surgimiento de la Bienal Internacional de Radio, cuando se buscan caminos para adentrarse en esta disciplina artística radiofónica. Y es precisamente la autora de este libro, la doctora Lidia Camacho, su principal impulsora y promotora.
La causa principal de la llegada tardía de este género es que la radiodifusión en México nace con una vocación muy diferente a la europea, que ha sido un ente público, una institución sociocultural de apoyo a la producción artística y la experimentación. Si bien es cierto que las primeras trasmisiones llevadas a cabo en nuestro país tuvieron un carácter experimental, pocos años después perdieron terreno frente al crecimiento a gran escala de la radiodifusión comercial.
Así lo señala la doctora Lidia Camacho en su libro El Radioarte. Un género sin fronteras, editado por Trillas y al que el autor del concepto de Paisaje Sonoro, Murray Schafer, califica como una investigación de importante aportación en la que el lector avezado en estos temas y el que apenas inicia en ellos encontrará material suficiente para la reflexión y el análisis de una realidad naciente, pero madura.
El destacado compositor canadiense celebra la aparición de El Radioarte. Un género sin fronteras, porque además de “inaugurar la explotación de una veta riquísima: el radioarte en América Latina, específicamente en México”, la obra resulta una investigación seria, novedosa y vigente para quienes aman el sonido y lo consideran fuente de vida y de conocimiento.
“Esperamos en el futuro más obras de Lidia Camacho, frutos de su estudio, de su experiencia, pero también de su pasión por el sonido entendido como la primera y la última realidad de este mundo que nos tocó vivir”, resalta el reconocido compositor, ambientalista, literato y provocador.
El descubrimiento del radioarte, apunta Lidia Camacho, es, sin duda, una contribución innegable al ensanchamiento del horizonte sonoro de la radio cultural. Su sola presencia abrió un nuevo camino para los que tienen el sonido como materia prima de trabajo, para los que diariamente ejercen su derecho a escuchar, para las instituciones, que, como la radio, tienen la obligación de abrir nuevos cauces a la expresión sonora.
“Nadie ignora que si los cambios en el arte pueden darse en forma paulatina o precipitada, su filtración hacia la vida cotidiana siempre será lenta y necesitará tiempo para asimilar, digerir y confrontar con lo propio esas nuevas formas estéticas”.
El radioarte en México, afirma Camacho, ha abierto la posibilidad de tratar el sonido de manera artística, en sí mismo y no sólo en sentido musical, lo que permite buscar no sólo nuevas sonoridades en la cotidiana producción radiofónica (cápsula, spot o documental) sino también en el rechazo de lo evidente a favor de lo sugerente, de lo experimental sobre lo anecdótico, de lo metafórico sobre lo discursivo.
Explica la autora que el radioarte es uno de los más importantes géneros artísticos radiofónicos, el cual “busca llevar hasta sus últimas consecuencias las posibilidades expresivas del sonido; intenta dislocar la sintaxis de lo que hoy conocemos como discurso sonoro; el radioarte es un género que se enfrenta con nuevas formas, nuevos significados y nuevos referentes al arte sonoro por excelencia: la música. Cada obra de radioarte es una búsqueda, pero también un reencuentro: con el asombro, con lo inaudito, con todo lo que enciera el sonido cuando se le trata como materia estética”.
El libro recoge importantes temas como la estética del lenguaje radiofónico, del radiodrama al radioarte (orígenes, alcances y proyección en Europa), el radioarte en México (antecedentes, primeras iniciativas del radioarte y los espacios y festivales que se han convertido en foro de este género). La autora incluye además un capítulo dedicado a la importancia de la radio pública en la creación, difusión y promoción del radioarte en México.
Y si bien es cierto que El Radioarte. Un género sin fronteras muestra el género llamado radioarte, también incluye otros géneros del arte sonoro, como son la poesía sonora, el text-sound composition y el paisaje sonoro, entre otras formas de creación artística sonora menos difundidas.
Cabe señalar que acompaña a la publicación un CD con piezas sonoras que dan cuenta de la evolución estética de género del radioarte en Europa y México.
Por todo ello esta importante obra contribuye al análisis, la crítica e investigación de este tema, hasta hoy poco abordado en México. Provee información a los creadores (realizadores de obras de arte radiofónico y sonoro), docentes y estudiantes de comunicación (guionismo y producción radiofónica) e investigadores sobre medios audiovisuales, historia del arte y música
Cabe señalar que Lidia Camacho es autora también de La imagen radiofónica, editado por Mc Grawhill, así como de diversos libros en coautoría.
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