martes, 2 de agosto de 2005

TV por cable: favoritismos

Por Gabriel Sosa Plata

Publicada en El Universal, Finanzas, 2 de agosto de 2005

La cuestionada postura de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) en torno de los recientes acontecimientos del canal 40, tiene su símil en la industria de la televisión por cable: hay una protección hacia las empresas dominantes del mercado y una política que inhibe la competencia en el sector.

Decenas de empresarios que desean incursionar en la industria de la televisión por cable, ven pasar los meses y los años sin que la SCT y la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) den respuesta a sus peticiones, pese a cumplir en la mayoría de los casos los requisitos establecidos en la Ley Federal de Telecomunicaciones.

Fuentes del sector informan que en esa situación hay varias decenas de expedientes y sólo faltaría el visto bueno de las autoridades para las inversiones e iniciar operaciones, pero esto no ocurre por una razón de peso: se trata de concesiones que han sido solicitadas en ciudades en las que ya existe el servicio.

Ley no escrita

Tema difícil en el sector es el de las concesiones dobles. Durante años, existió una ley no escrita que establecía la imposibilidad de otorgar una concesión de televisión por cable en poblaciones que ya tenían el servicio, bajo diferentes argumentos: desde la inevitable quiebra de la empresa en funciones hasta el hecho de que la competencia ya estaba garantizada con la operación de otros sistemas de paga como la televisión directa al hogar (DTH) o la televisión por microondas (MMDS).

Actualmente, toda persona moral o física que acredite las capacidades jurídica, económica y técnica, definidas en el artículo 24 de la Ley Federal de Telecomunicaciones, puede obtener una concesión de televisión por cable (red pública de telecomunicaciones) “sin menoscabo de que exista una o más concesiones previamente otorgadas en la misma población”.

Sin embargo, lo anterior no ocurre siempre por la presión de varios de los operadores actuales como Cablemás (46 localidades), Megacable (24 localidades) y Cablevisión de la Ciudad de México (con el mayor número de suscriptores en el país). La misma Cámara Nacional de Industria de la Televisión por Cable (CANITEC), dominada por dichos cableros, hace su labor al relegar políticamente a los titulares de segundas concesiones e impide que ocupen posiciones en su Consejo Directivo.

No sólo eso, la CANITEC actúa de forma parcial con sus asociados, ya que niega, por ejemplo, el acceso a la programación de uno de sus canales exclusivos a los concesionarios que se atrevieron hacerle competencia a los ya establecidos: “Si no es doble concesión, acceso a la programación que oferta PCVT”, se detalla en un documento que enlista los “beneficios” de los socios de este organismo.

Localidades con competencia

De acuerdo con la Cofetel, hasta el 2003 había 830 localidades del país con servicio de televisión por cable. De ese total, sólo en 170 había otorgadas dos o más concesiones. No se precisa en el estudio qué porcentaje de éstas ya operaban, pero con el dato podemos tener una idea aproximada de las pocas “localidades con competencia”.

Una pregunta fundamental en todo esto es ¿por qué en la Ciudad de México o en Monterrey, con el amplio mercado que poseen, no han sido beneficiadas con el otorgamiento de más concesiones? ¿será porque Cablevisión pertenece a Televisa y Cablevisión de Monterrey al oligopólico grupo Multimedios Estrellas de Oro?

Lo que sí está claro es que la industria de la televisión por cable ha sido un negocio rentable con crecimiento sostenido en los últimos años, lo cual es una muestra de que al menos en diversas ciudades es posible promover la competencia.

Los indicadores más recientes de la Cofetel, correspondientes al primer trimestre de 2005, establecen que la televisión por cable avanzó 8.1 por ciento con respecto al mismo periodo del 2004, “lo que permitió que el número de usuarios se situara en 2.97 millones”.

Pruebas de radio digital

En otros temas, el pasado viernes 29 de julio la radio pública de México se anotó un éxito en su transición a los sistemas digitales al dar por concluidas las segundas pruebas de uno de los sistemas de radio digital que actualmente se desarrollan en el mundo, el impulsado por el consorcio europeo Digital Radio Mondiale (DRM).

Las históricas pruebas se llevaron a cabo con el apoyo de técnicos e ingenieros de Radio Educación, de la Universidad del País Vasco, de la Universidad Iberoamericana, de la empresa croata Riz, fabricante de transmisores, así como del mismo consorcio DRM. De acuerdo con los organizadores es la tercera ocasión que en el mundo se realizan transmisiones digitales de este tipo (en una banda asignada para onda corta, pero poco utilizada en México), después de Ginebra y Alemania.

El informe de estas pruebas, en las cuales se incluyeron recorridos por varios puntos de la ciudad, en breve será entregado a la SCT con el fin de coadyuvar en la elección del estándar de radio digital terrestre en nuestro país. Tuvimos la oportunidad de estar presente en una de las pruebas y constatamos la calidad de las transmisiones con sonido similar al disco compacto. Actualmente, además de DRM, funcionan en el mundo otros dos sistemas de esta tecnología: el Eureka 147, apoyado por los europeos y los canadienses, y el HD Radio, desarrollado por los estadounidenses. De éstos, pronto México deberá elegir alguno, ya que, en efecto, las emisoras de AM requieren con urgencia llegar a la digitalización para recuperar a sus públicos. En breve regresaremos al tema.

gsosap@yahoo.com

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